¡Para entender el pueblo hay que vivirlo!
Si ustedes buscan datos históricos y geográficos, la recomendación es que se sumerjan en los buscadores de la red donde podrán conocer algo de éste lugar. Pero si ustedes quieren entender realmente cómo surgió el comercio a través de caminos reales a lomo de mula, por qué su gente es tan especial y por qué como dicen sus habitantes hacía el final de la tarde que ya encendieron el aire acondicionado gratis, debe ir hasta Zapatoca.
Es frecuente oír que de pronto alguien diga:
“no corra porque acá el ritmo es otro”
Y que si entra a la tienda del señor Hernando y no saluda se sienten ofendidos. Tampoco se le haga raro si se encuentra con un grupo de amigos reunidos hablando de conservar grandes extensiones de tierra para las futuras generaciones, y si por casualidad se encuentra con el ciclotón nocturno literario, no se asombre y haga parte de él.
Si por alguna ocurrencia va a la plaza de mercado y se sienta donde la señora Gladys a desayunar, seguro puede que le hablen golpeado…pero no se ofenda, porque de inmediato le sirven con una gran sonrisa. Luego, si quiere sentir en sus papilas gustativas el placer del amor dulce de la señora Marinita con sus “Deliciosos”, entonces vaya a media tarde y a ella misma se los puede comprar.
Si usted cree conocer la obscuridad absoluta, por qué no intenta entrar a la vísceras de la tierra acompañado por la señora María, para que endienta por qué el sol es vida. Déjese llevar por una mágica excursión a la Cueva del Nitro.
Si usted fue uno de aquellos que montó en patineta, de joven o viejo, no se le haga raro que se encuentre en el parque con Jorge y sus niños en patinetas de madera, que entre ellos mismo han hecho. Y si usted es uno de esos que se transporta en el tiempo sentándose en la plaza de un pueblo, ¡venga acompáñenos!, pues todo esto y mucho más es el pueblo, pero sólo ustedes pueden descubrirlo.
Pd: Si usted está buscando pueblos hermosos donde encuentra la vida maquillada, por favor no pierda su tiempo, pues hay ofertas a diestra y siniestra. En Zapatoca (que es un pueblo hermoso, tal como es), sólo encontrará realidad y tranquilidad.